viernes, 8 de mayo de 2009

ENTONCES EL RECUERDO

Un flautista, movimiento global y alternativo, chaqueta de cuero de antiguo punk, mallas, interpreta la melodía de Marco, la mítica serie de dibujos animados, con su infantil flauta de plástico amarfilado.

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Entonces el recuerdo. Qué bien tocaba mi hermana la flauta cuando íbamos al colegio. Qué facilidad para reproducir las tonadillas de las series de televisión.

Entonces rememoro sus cadenciosas exhibiciones en el comedor familiar, de pie, la melena oscura y reluciente que llegaba hasta los hombros, lacia, la faz redonda, pálida, lechosa, aquel suéter rojo de cuello de pico que había heredado de mi vestuario, la falda plisada del colegio de monjas y la expresión tranquila en sus labios mientras ligaba armoniosamente las notas que llenaban el aire que años después notaría el vacío de su pérdida.

Mi madre se enorgullecía tanto de ella.

-Tiene muy buen oído, como mi padre. No se parece en nada a ti –decía mirándome.

***

El flautista se acerca, gorrito de lana estilo bufón, y hace tintinear las monedas al compás de las cadenas que le cuelgan. Piensa que me he detenido frente a él para contribuir. No se ha percatado de la lágrima que recorre mi mejilla.